Leíamos hace unos días que el nuevo algoritmo de Google da más importancia al marketing social que al marketing de contenidos, esto es, que importa más que los enlaces se compartan que la «calidad» de los mismos.
Lo que en principio podía ser recibido como una buena noticia empieza a levantarnos serias sospechas. Hace poco leíamos un genial post de Rafa Osuna en el que, tras un breve experimento, comprobó la importancia de un titular impactante y lo poco que que se lee el resto de lo publicado. Pues bien, parece que ese es el camino a seguir.
Preocupa el uso que se pueda hacer de esto por empresas sin escrúpulos. Twitter lleva tiempo plagado de titulares cebo que no dan lo que prometen al abrir el enlace. Y es que, sin ir más lejos, ayer por la noche, comenzamos a ver una afluencia masiva de tweets, estados en facebook o en Google+ solicitando compartir enlaces para ayudar, difundir una buena causa, etc… es decir, apelando a un chantaje emocional desmedido para ganar un puñado de clicks. El hecha la ley, hecha la trampa que tanto nos representa, puede generar una desconfianza y un hartazgo en los medios sociales de graves consecuencias.
Nosotros, desde aquí, sólo podemos recomendar no traspasar la delgada línea entre un titular llamativo y otro amarillo. Y, por supuesto, el de no utilizar situaciones dramáticas para generar engagement…